Corto, vertical y espectacular descenso, ideal para hacer tiempo antes de entrar en la Garganta de Ordiso, con el que se puede combinar.
El Salto del Pich es una fina y larga cascada que atraviesa la pista de Ordiso (GR11) paralela al Ara superior y que cualquiera que haya caminado por ahí habrá reparado en ella por su espectacularidad, pero que quizá no haya pensado en que existe la posibilidad de descenderla.
Como ya he comentado, se accede desde San Nicolás de Bujaruelo, tomando la pista que va a Ordiso. Cuando se llega al cruce con el valle de Otal, se sigue por la derecha, cruzando el puente de Oncíns. A partir de aquí existen dos posibilidades:
- seguir por la pista, más largo pero más suave, o
- tomar un sendero a la izquierda que se interna en el bosque por encima de la Garganta de Ordiso y retoma la pista tras una empinada e incómoda subida por una glera, justo donde la pista pasa bajo una gran visera en la pared.
Tras más de 20' de caminata por la pista ,antes de llegar al desvío al valle de Otal, noté que se me estaba haciendo rozadura en el pie por ir sin calcetines ni escarpines, así que paré a ponerme estos últimos. El problema fue que me los había dejado en casa...Así que me prestaron unos para volver al coche y buscar otros, aunque más pequeños. Bajo corriendo, cojo los escarpines y vuelta a correr subiendo. Al llegar al puente de Oncíns, cojo el sendero para atajar y coger a mis compañeros antes. El sendero es más entretenido que la pista, pero lo cierto es que la subida por la glera hasta la pista es muy incómoda y delicada. Tras llegar a la visera en la pista y preguntar a unos excursionistas por mis compañeros, los alcanzo justo antes de llegar al salto.
Lo gracioso es que cuando ya nos hemos puesto el neopreno (sólo peto) y arnés, el amigo Óscar se da cuenta de que tenía los escarpines grandes en su bote estanco, y que la paliza que me di había sido totalmente innecesaria. En fin, nos lo tomamos con humor...
Tras esta visera, en unos 5' llegamos al Salto del Pich, que desemboca en el Ara apenas a 30m antes del inicio de la Garganta de Ordiso, por lo que es ideal para combinarlos. Otros 5' más y aparece una senda a la derecha, poco definida y bastante más empinada que la pista. Se va internando en la vegetación, aparece algún que otro mojón y llegamos a un punto en el que una cuerda cruza el sendero, justo donde hay un pequeño claro. A partir de ahí, empieza a girar hacia la derecha y sigue subiendo hasta desaparecer en una zona donde los árboles y arbustos dejan paso a un pasto alto y salvaje. Desde ahí, en suave subida hay que dirigirse hacia el barranco hasta entrar en él.
Al cabo de 1h45' entramos en el barranco pensando que nos habíamos dejado la mitad por arriba. Terminamos haciendo 5 rápeles, así que parece ser que sólo nos perdimos el primero que, por otra parte, tampoco parece tener mucho interés.
El descenso es corto y continuado, rápeles cómodos de más de 20m desde árboles hasta llegar al gran salto final de 80m, fraccionado en 3 rápeles de 20, 35 y 26m. El único punto a tener en cuenta es la pequeña reunión entre el de 20 y 35 (no más de 3 personas), por lo que conviene llevar cuerdas de 2x40m + 1x40 o 2x20 para no tener problemas e ir más ligeros. Se rapela por la izquierda orográfica, apenas se toca el agua (en verano, que baja poca) y no hay problemas de roces ni recuperación de cuerdas.
Cuando estábamos en el salto (los últimos 3 rápeles) empezaron a parar excursionistas para ver cómo descendíamos. Lo cierto es que se llego a congregar bastante gente, algo parecido a lo que ocurre el salto final de la Garganta del Sorrosal.
El descenso vino a costar unas 2h, 6 personas con bastante tranquilidad. Paramos a comer, nos pusimos la chaqueta y nos metimos en la Garganta de Ordiso.
Croquis aquí.
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