Ascensión desde Barbaruens por el circo de Armeña.
Desde Barbaruens se toma la pista que parte hacia el refugio de Armeña. Se puede acceder a esta pista con un turismo, pero es preferible hacerlo con un TT, acortando un poco el porteo hasta dejarlo en poco más de 1 hora (con botas de travesía) hasta el collado del Ibón, perfecto mirador del ibón de Armeña. A mitad de la bajada al ibón ya es posible calzarse los esquís, con focas preferentemente, para bordear el ibón por el lado izquierdo, despejado de árboles y bien innivado. Tras sortear algunas rocas y atravesar a pie un corto tramo, se llega
foqueando hasta el refugio.
Refugio de Armeña
A partir de ese momento ya se sube sin problemas hasta las inmediaciones del collado de Cotiella, que separa el
Cotiella del Cotielleta. Durante la subida encontramos la nieve bastante compacta, aunque a veces está demasiado dura y, quien no se sienta confortable en esas condiciones, debería ponerse cuchillas.
Apurando la buena nieve para foquear
En general la innivación es buena, y yo calculo que permitirá esquiar aceptablemente durante los próximos 10-14 días. Si madrugamos lo suficiente, encontraremos la subida al collado con nieve bastante dura, lo suficiente para poder pasar apuros incluso con los crampones. Una vez arriba, ya podemos ver las vías de acceso a nuestro objetivo. Parece
ser que lo normal es hacer una media ladera hasta el collado que separa el Cotiella del Pico de las Neis (la Colladeta), pero lo cierto es que, además de larga, me parece muy incómoda e incluso peligrosa, aunque esto
depende mucho de las condiciones de la nieve. Por cierto, es una ladera muy avalanchosa, pero parece que está bastante purgada y la temperatura aún no es lo suficientemente elevada para producir nuevas coladas. La
otra ruta es subir directamente a la cima por su arista, que cuando no hay nieve deja visible una chimenea bastante factible; con nieve está prácticamente todo tapado y, si las condiciones acompañan, es una vía más rápida, más estética y hasta más segura.
Arista SE del Cotiella
Lamentablemente las condiciones no acompañan. Además de la nieve dura, hay cornisas por todos lados, incluida la Colladeta, donde son mayores que en la cima. Así pues, parece que no va a haber cima; sin embargo, camino de la
arista veo una pala con orientación sur que tiene muy buena pinta, así que decido subir hasta donde la arista se empina más y empezar a esquiar desde allí. La subida la hago con los mismos crampones que he subido al collado de Cotiella, así no pierdo tiempo e incluso voy más seguro. Sin embargo, conforme me voy acercando a mi destino alternativo, voy viendo cada vez más cerca mi destino primario, así que sigo subiendo un poco más...y un poco más. Paro un momento a pensar y me doy cuenta de que, aunque la pendiente es muy apetecible, lo cierto es que tiene la nieve demasiado dura para bajar esquiando, así que decido quitarme la mochila con los esquís y dejarlos sobre unas rocas.
Collado y Cotielleta
Analizo la cornisa en las inmediaciones de la cumbre buscando un resquicio por el que colarme, pero no lo encuentro. No obstante, decido subir y atacarla por el sitio que se muestra más vulnerable. Cuando llego a ella, resulta ser un poco más alta de lo que pensaba y, sobre todo, está muy dura. El problema es que en ese punto la pendiente es mayor y me encuentro en precario. Con cuidado, tallo una pequeña plataforma para estabilizar mi posición, aunque el espacio con la cornisa es muy exiguo. En esas condiciones, la cornisa me llega al cuello y puedo ver lo que hay al otro lado. Con el piolet hago unas pruebas para ver la calidad de la nieve, y veo que soporta bien los esfuerzos de tracción. Con el pico esculpo unos huecos en forma de presa para meter la mano y ayudarme a subir. Los distribuyo en diferentes posiciones por si en mitad del impulso necesito cambiar a otra posición más favorable. Éste era el momento ideal para pensar "¿qué coj**** estoy haciendo aquí?", pero estaba tan concentrado en lo que tenía que hacer que eso sólo lo pensé cuando ya estaba de bajada (¿qué estabas haciendo allí?). En esos momentos, tenía que tirar hacia delante, porque retroceder era peor opción. Lo que tenía claro es que por allí no convenía bajar una vez hollada la cumbre, así que ya me estaba haciendo a la idea de dar "un pequeño rodeo" para volver a donde había dejado la mochila con las tablas.
Cornisas en la cumbre
Tras pensarlo un poco, me decido a salir de la cornisa. Clavo el pico del piolet con la mano derecha y con la izquierda me aferro a uno de los huecos. Empiezo a tirar al mismo tiempo que elevo la pierna izda. lo suficiente para superar la cornisa (su lado izquierdo estaba ligeramente más bajo que el derecho). Una vez arriba, ya me siento seguro y subo la otra pierna, y allí está el vértice geodésico situado en la misma cima. Me acerco allí y contemplo las vistas comprobando que todo está correcto: no falta ninguna montaña ni hay ninguna nueva.
Vértice geodésico en la cumbre
Rápidamente desciendo la pala SO hasta encontrar un paso que me permita superar la cornisa, esta vez de bajada. Bajo hasta la Colladeta sólo para confirmar que ahí las cornisas aún son mayores.
Cornisas en la Colladeta
Sigo bajando por la polvorienta arista hasta un punto en que la pendiente me inspira más seguridad. Me adentro en la ladera y, poco a poco, voy caminando hasta donde he dejado las tablas remontando durante 300m el barranco de Cotiella. Al ser orientación sur, el sol ha transformado bastante la nieve, y lo que durante la primera subida era nieve dura, ahora es una nieve que se deja manejar. Recojo la mochila con las tablas y bajo un poco andando hasta encontrar un sitio más adecuado para ponerme las tablas. Así lo hago y comienzo el descenso hasta el collado de Cotiella.
Hasta allí tuve que bajar para encontrar un sitio seguro sin cornisas
De Vuelta a por los esquís
La nieve transformada está muy buena y es una gozada esquiar, pero lo bueno se termina pronto. Al llegar al collado me voy a la derecha, donde la pala es ancha y esquiable, pero es orientación norte y es muy tarde, por lo que ya está demasiado dura. Dudo si bajar a pie pero sin poner los crampones, pero me da la sensación de que está demasiado dura. Me vuelvo a poner los crampones y comienzo el descenso. La nieve está muy dura, tengo que golpear varias veces para clavar al menos 4 puntas con seguridad, es el momento más comprometido de todo el día. Me lo voy tomando con una calma tensa hasta que llego a un punto donde la pendiente se suaviza un poco y hay una acumulación de nieve polvo.
Aprovecho para calzarme las tablas y salir de allí.
Bajada del collado de Cotiella
El viento ha hecho de las suyas y nos ha dejado nieve surtida: placas heladas, nieve dura rugosa que te hace castañetear los dientes, ventisqueros que esconden trampas en forma de bolos helados, pesada costra,...Tan sólo llegando al refugio cojo una buena nieve transformada donde puedo disfrutar. En el refugio hay dos grupos: uno de traveseros que han salido de Saravillo y están haciendo la vuelta al Cotiella, y otro de andarines que habían subido a hacer el Cotiella pero que al ver mis apuros, decidieron hacer el Cotielleta. Y poco más, retorno al coche en algo más de una hora de porteo. Día de mucha montaña y poco esquí.